País: Noruega
Nacimiento: Oslo, 10 de febrero de 1970
Se licenció en Filología Rusa y Española, así como en Historia de la Filosofía en la Universidad de Oslo. Periodista independiente, desde muy joven, ha trabajado como reportera de guerra en diversos periódicos y televisión, cubriendo los conflictos bélicos más importantes de los últimos años. Sus libros, están basados en los hechos que ha relatado en su trabajo.
Sus novelas, se pueden clasificar como crónicas de guerra, relatando con rigor y objetividad los hechos, pero haciendo hincapié en la dimensión humana de los conflictos llegando a la descripción de los quehaceres cotidianos. Su trabajo, ha recibido galardones a nivel internacional.
Sus novelas, se pueden clasificar como crónicas de guerra, relatando con rigor y objetividad los hechos, pero haciendo hincapié en la dimensión humana de los conflictos llegando a la descripción de los quehaceres cotidianos. Su trabajo, ha recibido galardones a nivel internacional.
Kabul, primavera de 2002. Åsne Seierstad una joven corresponsal noruega, se instala en casa del librero Sultán Khan y se queda a vivir con su familia para conocer de primera mano lo que sucede en la sociedad afgana tras haber sido liberada del régimen de los talibanes, y poder relatarlo luego en un libro.Encarcelado dos veces en nombre de la libertad intelectual, Sultán Khan, gran amante de la cultura y de los libros, incluso ha tenido que asistir a la quema de su propia biblioteca. Este hombre culto e inquieto conoce bien la literatura de su país y la situación de sus habitantes, ansiosos por salir adelante en un territorio azotado por la guerra y los conflictos durante más de veinte años. Por otro lado, Åsne Seierstad encuentra en la familia del librero de Kabul un microcosmo y claro reflejo de la actual sociedad afgana, en plena búsqueda de nuevas formas de supervivencia. Durante los meses que dura su estancia en casa de la familia del Sultán Khan, la periodista noruega se convierte en testigo directo de su vida cotidiana. Son los protagonistas de amores prohibidos, de matrimonios concertados, de actos de rebeldía juvenil... y víctimas todos ellos de la dureza con que la sociedad islámica sigue gobernando la vida de las personas en Afganistán; sobre todo la de las mujeres, quienes, a pesar de vivir muchas veces oprimidas y sometidas a las estrictas normas de su país, revelan una admirable dignidad y se muestran como incansables luchadoras en la búsqueda de su propia liberación.
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