martes, 22 de mayo de 2012

"Diario de una ama de casa desquiciada" (Sue Kaufman)

Sue Kaufman nació en 1926 en Nueva York, donde vivió hasta su muerte en 1977. Se graduó en el Vassar College en 1947 y empezó a colaborar con publicaciones como The Atlantic Monthly, The Paris Review y The Saturday Evening Post. Su primera novela, The Happy Summer Days, apareció en 1959, pero el mayor éxito de toda su carrera le llegó en 1967 con la publicación de la novela Diario de un ama de casa desquiciada, que fue adaptada al cine en 1970 por Eleanor y Frank Perry. Otras obras de la autora son: Green Holly (1961), The Headshrinker’s Test (1969), Falling Bodies (1974) y The Master and Other Stories (1976). Desde 1980, la Academia de las Artes y las Letras norteamericana convoca el Premio Sue Kaufman de Ficción en su memoria

Novela
sobre perdedores las hay a docenas; en la literatura estadounidense, de hecho, casi podría considerarse que constituyen un subgénero en sí mismas. Pero lo que no abundan son historias sobre perdedoras, sobre mujeres que afronten la existencia como un inevitable camino de renuncia y obstinación. Bien, Diario de un ama de casa desquiciada es una de esas historias, rescatada del limbo literario por Libros del Asteroide para deleite de los amantes de la buena narrativa y, sobre todo, de las tramas sólidas y de los personajes complejos.
Tina Balser es un ama de casa bien posicionada, casada con un acaudalado abogado de éxito y con dos hijas y un perro a su cargo. Su vida, aparentemente idílica, es en realidad un pozo de obsesiones, terrores y problemas, ya que Tina arrastra una cierta neurosis desde hace años y es incapaz de afrontar sus obligaciones sin caer en la depresión. La novela se estructura en forma de un diario que decide llevar en secreto para tratar de serenarse poniendo por escrito sus pensamientos. Sue Kaufman acierta en el enfoque, ya que la voz de la narradora alcanza una intimidad encomiable: es cierto que el formato de diario personal es un poco artificioso (en algunos pasajes la narración es tradicional y la primera persona suena impostada), pero en general el resultado es de una cercanía más que notable.
Ello se debe, sobre todo, a la profundidad con la que está creado el personaje de Tina. Kaufman retrata a una mujer endeble, enfermizamente débil, pero con una resolución que se afianza a medida que sufre reveses emocionales. Diario de un ama de casa desquiciada nos muestra lo solitaria que puede ser una vida de apariencia feliz: los sinsabores que se padecen día tras día pueden llegar a convertirse en pesadillas de las cuales es imposible zafarse, como ocurre en el caso de la protagonista: sus hijas, su marido y, en ocasiones, hasta su perra pueden trastornarla hasta hacerla perder el control de sí misma. Esto podría hacer pensar que Tina Balser es una precursora de Bridget Jones, pero nada que ver con la realidad: la protagonista es una mujer descontenta y de personalidad neurótica, pero Kaufman no construye un personaje amable del que debamos apiadarnos o junto al que podamos reírnos; Tina es una mujer inteligente que, pese a su fragilidad psicológica, es capaz de hacer de su vida un espectáculo que la haga respetable.
La angustia de la protagonista es demasiado cercana como para no sentirse identificado con lo que le sucede. La normalidad de una vida programada por los demás, la presión que impone una sociedad que vive de la imagen que proyecta, la desazón de no ser dueños de nuestras propias existencias… todo eso es muy familiar y son características que se exacerban con el paso del tiempo. El golpe maestro de la autora estriba en mostrar la dualidad de Tina: víctima y verdugo, débil y autoritaria. No es una mujer apocada que se rinde ante un marido egocéntrico ni tampoco una heroína que se enfrenta a todos los contratiempos que se le presentan: es, simplemente, un ser humano dividido entre sus debilidades y sus vilezas, una persona tan capaz de sufrir como de hacer daño. De ahí que su figura como personaje sea real y compleja, a pesar de que la narración venga condicionada por su parcialidad.
Diario de un ama de casa desquiciada

es una novela compleja y sugerente, divertida a ratos y de una profundidad sutil. Como decía al comienzo, es difícil leer un texto con una protagonista "perdedora", pero Sue Kaufman ofrece una vuelta de tuerca al concepto merecedora de todos los halagos. No les defraudará.

jueves, 10 de mayo de 2012

"Un viejo que leía novelas de amor" (Luis Sepúlveda"


Biografía
Al terminar la enseñanza secundaria en Concepción, estudió dirección teatral en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica.
Es uno de los escritores en lengua española más leídos y traducidos de Europa. Participó en el movimiento estudiantil de su país; fue apresado por vender droga a los comandantes del ejército chileno y, más tarde, durante el régimen militar, tuvo que exiliarse. En 1980 fijó su residencia en Lima (Perú), donde trabajó como escritor y periodista. Ha escrito colaboraciones para periódicos y revistas de España y América Latina. Ha cultivado diversos perfiles de la narrativa, como el relato ecologista, el cuento infantil, la novela de intriga, la novela policiaca, la novela negra y la crónica de viajes.
Entre sus títulos figuran: Un viejo que leía novelas de amor (1989), obra que transcurre en la selva ecuatoriana, en el mundo de los indios shuar o jíbaros, y que ha recibido el premio Tigre Juan y otras distinciones internacionales, además de haber sido traducida a catorce idiomas; Mundo del fin del mundo (1994), premio de novela corta Juan Chabás; Nombre de torero (1994); Patagonia Express (1995); Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar (1996); Desencuentros (1997), libro de cuentos; Diario de un killer sentimental (1998); Yacaré (1998); Historias marginales (2000); y Hot Line (2002), una novela negra protagonizada por un detective mapuche.
En 1999, el director chileno Miguel Littín llevó al cine su novela Un viejo que leía novelas de amor, con el título de Tierra del Fuego. El director australiano Rolf de Heer hizo una versión de la misma novela en 2001.[1] Un viejo que leía novelas de amor es su novela más vendida, teniendo en su haber 18 millones de copias

Un Viejo que leía novelas de Amor
Resumen:
La historia parte en el Idilio Donde ay un Dentista que va 2 veces al año a sacarle los dientes a los dientes a los lugareños que lo necesiten (o que lo soliciten como un tipo que obligo a Rubicundo de Loachamín a sacarle los dientes por una apuesta), bueno la cosa es que el protagonista llamado Antonio José Bolívar Proaño, un colono que había llegado hace años a ese lugar con su esposa, la cual desgraciadamente murió.
Este viejo lugareño (quién era uno de los pocos que entendía la cultura de los shuar) tribu que vivía en las cercanías del lugar le pedía al dentista historias de amor para pasar las tardes en el Idilio deleitándose con esas historias con mucho sufrimiento del corazón y amores imposibles y finales felices.
Bueno, la cosa es que una tarde llega un gringo muerto traído por los shuar
Y el viejo se percata de que había sido aniquilado por una tigrilla adulta y la razón de esto era que el gringo había matado a sus crías, sin embargo el alcalde (al cual lo apodaban babosa, ya que desde que había legado al Idilio no había parado de sudar, y que era odiado por todo el pueblo ya que maltrataba a su esposa e imponía impuestos injustos) culpo a los shuar del homicidio y dijo que habían matado al gringo para robarle sus pertenencias, pero el viejo con muy buenas bases comprobado que no había sido así, sino que había sido la tigrilla, y además sentencio que la tigrilla ahora iba a atacar a cualquier hombre que se le pusiera por delante, e iba a ir a cualquier aldea a atacar a los hombres ya que Para ella ahora todos los hombres eran los asesinos de sus crías.
Ante esta situación se organizó una casería, para acabar con el peligro de la tigrilla, en la cual va el viejo, unos cazadores del pueblo y el alcalde babosa, después de una cansadora travesía se encuentran con la tigrilla, y varios hombres habían muerto, así que al encontrarse con la tigrilla solo que daba el viejo quien empieza a recordar cuando vivió con los shuar, de sus costumbres y leyendas.
Después de una estratégica batalla el viejo logra matar a la tigrilla y logra su objetivo finalmente, el matar a esta fiera mata hombres, que después de todo fue el mismo hombre el que la despertó...
El autor:
Luis Sepúlveda nació en Ovalle, Chile, en 1949. Era muy joven cuando decidió ser viajero como quien decide ser oficinista: de Punta Arenas a Oslo, de Barcelona a Quito, de la selva amazónica al desierto de los saharauis, de las celdas de Pinochet al barco de Greenpeace, recorrió casi todos los territorios posibles de la geografía y las utopías.
Y, mientras viajaba, escribía. Publicó el primero de sus 11 libros a los veinte años. Ha recibido entre otros, el Premio Gabriela Mistral de poesía 1976 y el Premio Rómulo Gallegos de novela 1978.
Y, después de “Un viejo que leía novelas de amor”, Premio Tigre Juan (Oviedo, 1989), traducida a 14 lenguas, merecedora de varios otros premios internacionales, convertida en best-seller y vendidos sus derechos para el cine a Jean-Jacques Annaud, nadie puede ignorar ya a este autor.
Cuando el Luis fue exiliado viajó por toda América del sur, y después se fue a Europa, donde reside en la actualidad.
Luis Sepúlveda es un trotamundo Impertinente y eso lo impulsa a desdeñar la famosa aldea global que tanto se habla. Él piensa que estamos a años luz de la aldea global puesto que en zonas como África y América subsisten etnias, tribus, conglomerados de personas que no saben de ellas, que viven subalimentados y subculturizados. Entonces, hablar de aldea global es un engaño. La aldea global existe solo en la informática y es un cuento de intereses, IBM incluida.
La humanidad está a distancia sideral. Debe haber un equilibrio que hoy no existe.
Luis Sepúlveda fue amigo de Julio Cortázar y Osvaldo Soriano, además de Plácido Domingo. Rescata entre sus maestros literarios a Emilio Salgari, Julio Verne, Jack London, Melville, Conrad entre los extranjeros. Dentro del ámbito nacional reconoce sus devociones por Francisco Coloane, (ha tenido especial ingerencia en la divulgación de su obra en Europa) Manuel Rojas, Pablo de Rokha, Carlos Drouguet, Juan Godoy, Nicomedes Guzmán.
Introducción:
En el Siguiente informe de lectura se dará a conocer como un hombre que es muy pobre pero a su vez tiene algo deseado por muchos, la libertad, pero no esa falsa libertad que tenemos nosotros, en donde tenemos que seguir reglas obedecer y trabajar, sino vivir sin preocupaciones, reglas ni exigencias, o sea vivir en la selva, lejos de los ruidos de autos, la contaminación etc. Por lo menos así vivió Antonio José Bolívar Proaño durante su amistad con los shuar.
Tema:
Un viejo pobre que vive en la selva amazónica y que aprende mucho de los indios nativos descubre un apasionado gusto por las novelas de amor Y por la causa de la estupidez de la gente colonizadora y cazadores tiene que enfrentar serios problemas.
Argumento:
Antonio José Bolívar Proaño, después de ser expulsado por los Shuar, de los cuales aprende muchísimas cosas sobre como vivir en la selva, se queda viviendo en el Idilio, zona poco poblada de la selva, en donde esperaba ansiosamente poder leer novelas de amor y de las mas tristes. Cuando el alcalde y los shuar encuentran un cazador muerto que provenía del río, el alcalde opina que los shuar lo mataron pero Antonio José Bolívar tras una fundamentada opinión convence a todos los presentes que había sido muerto por una trigrilla puesto que el cazador traía en su bolso pieles de los cachorros de la madre y esta por supuesto estaba enfurecida y comenzaría a matar a todos los hombres que se encontrara.
Y aquí comienzan las aventuras de un viejo que leía novelas de amor.
Análisis de Personajes:
Alcalde:
Era un gordo odiado por todos, por que llego a el Idilio a cobrar impuestos y vender permisos de pesca y muchas otras cosas solo para ganar dinero, era ignorante en cuanto a las “leyes” de la selva, se cree el dueño de la verdad absoluta y que solo el tiene la razón. Los lugareños lo apodaban la Babosa, porque desde que llego a la ciudad no paraba de sudar, también era una persona muy violenta, porque golpeaba a su mujer.
Los Shuar:
Tribu de la selva, andaban semidesnudos, eran excelentes cazadores, hablaban su propia lengua, bebían aguardiente fumaban cigarros de hoja. Antonio José Bolívar los describía como una manada de micos habladores como los papagayos, borrachos y gritones como los diablos.
No eran violentos con la gente ni con los animales, solo los cazaban para alimentarse no por diversión ni como trofeos, respetaban mucho la vida.
Antonio José Bolívar Proaño:
Viejo de casi unos setenta años, casado con Dolores encarnación del Santísimo Sacramento Estupiñán Otavalo, vivieron con mucha pobreza en la Sierra, hasta que le propusieron algo indignante a Antonio José Bolívar Proaño y a su esposa y decidieron irse a El idilio.
Después conoce a los shuar y su esposa muere, se siente muy solo, pero con sus nuevos amigos disfruta de la verdadera libertad de la cual siempre había soñado, hasta que por un desagradable hecho es expulsado de los shuar.
Se dedica a leer novelas de amor, repetidas veces, hasta aprendérselas de memoria.
Se convierte en un viejo bastante solitario de pocas amistades amante de las novelas de amor pero de espíritu valiente y aventurero.
Rabicundo Loachamín:
Era el dentista que iba 2 veces al año al El Idilio a arreglar los dientes de los indígenas, Antonio José Bolívar Proaño después de averiguar su tema favorito en las novelas le cuenta y el se ofrece a traerle libros cada vez que pueda, era el único amigo de Antonio José Bolívar Proaño, de trato un poco rudo con los pacientes indígenas, pero amable al querer ayudar a su amigo
Descripción de Ambiente Físico:
El Idilio:
Lo atravesaba un río, al comienzo había una bodega de semillas y herramientas y viviendas para los recién llegados. Pero después se convirtió en una veintena de casas ordenadas que formaban una calle frente al río, y al final una construcción más grande que en la entrada decía ALCALDÍA.
La Selva:
Habitaban muchos animales salvajes, era un sitio peligroso incluso para los shuar, después de una lluvia si salía el sol, todo se llenaba de una neblina muy espesa que no dejaba ver ni respirar por causa de la evaporación.
Desenlace:
Se organiza un grupo de búsqueda dispuesto a matar e esa tigrilla. El alcalde es muy torpe y comete errores muy graves que le podrían costar la muerte. Siguen internándose cada vez mas en la selva hasta que oscurece y deciden acampar en un lugar, al sentir un ruido el alcalde prende se linterna y despierta a los cientos de monos que dormían en la copas de los árboles que responden bañándolos en excremento, se van rápidamente gracias a la lluvia se limpian un poco la cabeza por que si no se la estarían devorando los mosquitos y continúan la búsqueda. Al final el alcalde cansado humillado, por su ignorancia, decide que le pagaría una buena cantidad de dinero a Antonio José Bolívar Proaño por quedarse y matar a esa tigrilla, el acepta por que cree que es capaz, corre hacia un campamento de los cazadores y se enfrenta nuevamente con la tigrilla pero esta vez no atacaba solo movía su cola, Antonio José Bolívar Proaño se percato de que había un tigrillo bastante mal herido y lo acaricia se compadece y le da dos tiros los cuales le quitan la vida inmediatamente, que eran lo que buscaba la tigrilla. Se queda bajo una de esas canoas mal construidas por los cazadores pensando mas asustado que de costumbre, el miedo se empieza a apoderar de el hasta una garra casi lo alcanza, se corre hacia el otro extremo y dispara hacia la garra, su disparo es certero ve a la tigrilla lamiéndose la pata ensangrentada pero siente un dolor en su pie, no calculo bien y vario de los perdigones disparados se encuentran en su pie, ahora están en las mismas condiciones. La escucho alejarse y levanto un poco la canoa para poder disparar y ahí estaba la hembra en posición de ataque, espero hasta que saltara y en su punto máximo de altura disparo perforando el abdomen de la tigrilla, al verla tirada en el piso aprecio su gran belleza color y tamaño y sintió un odio inmensamente grande por las estupideces hechas por los cazadores.
Conclusión:
Como conclusión podemos decir que para ir a lugares tan peligrosos como la selva hay que ir con gente que haya vivido o que viva allí actualmente como es el caso de Antonio José Bolívar Proaño o algún otro nativo como los shuar y que la lectura puede ser un gran acompañamiento para la soledad y sobre todo si es de un tema que a uno le fascina